Una casa de estilo provenzal y bohemio en la Riviera francesa

Internet tiene algunas cosas buenas.

La mejor, la serendipia.

Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta.

Y eso me ha pasado esta semana.

Andaba buscando ideas para reorganizar un espacio de trabajo en el salón de casa, cuando encontré un escritorio con baldas que me enamoró.

Tirando del hilo llegué a la cuenta de Instagram de su dueña mayra_and_me y … oh, sorpresa.

O mejor dicho, oh là là.

Descubrí una preciosa casa en la Riviera francesa de aire rústico y bohemio que traigo aquí al blog para compartirla contigo, y no perderla de vista nunca.

Como en esta vida (y a la hora de diseñar interiores) todo es cuestión de equilibrio, no todas las casa «a la provenzal» me gustan. Demasiados volantes, decapados y pintura a la tiza sobrecargan a mi minimalista interior, lo reconozco.

Sin embargo, en esta casa Mayra se las apaña para mantener los toques femeninos, románticos y vintage de las casas de campo francesas, pero con un aire boho mediterráneo. Y sobre todo con una paleta de colores neutros súper limitada.

Además incorpora materiales naturales, que siempre suponen una incursión de la naturaleza en nuestras casas. El mimbre, la madera, las piezas recuperadas… tienen un aire auténtico que no satura.

Los tonos suaves que utiliza incluso cuando apuesta por el color transmiten una calma muy de agosto que me encanta.

Y me suele recordar una vieja teoría que tengo… ante la duda elige el blanco.

Y más en una casa de campo de verano mediterránea.

Se suele decir que el blanco es aburrido, pero eso es sólo si no conoces las instrucciones de uso.

Los finlandeses tienen más de 40 términos para referirse a la nieve. Pues bien, yo creo firmemente que hay más de 40 tonos de blanco. Muchos más.

Se pueden mezclar sin problemas, y la luz del sol a lo largo del día hará que los percibas de forma distinta en cada momento.

Si quieres un estilo rústico francés 100%, puedes decantarte más por blancos de base cálida, tonos crema, beiges y grises de subtono amarillo… pero para el boho rústico no es imprescindible.

(Si no sabes lo que es un subtono, visita este artículo para entender cómo combinar colores en tu hogar para acertar siempre).

Independientemente de si son fríos o cálidos, los blancos (y esto es lo importante) te unifican de forma radical un espacio transmitiendo calma y frescura, que es lo que más necesitamos en verano.

Y como además el verano es el momento ideal para sacar la pintura y las brochas, una capa de blanco puedes ser lo único que necesitas para una vieja puerta, las vigas, un mueble antiguo, o un suelo que parece que no tiene solución.

Si además añades materiales con texturas naturales, muebles recuperados de algún mercadillo, y algún tono empolvado… ¡voilà! Puedes encontrarte con una casa tan increíble como ésta.

Te voy a mostrar un antes y después de su salón, para que veas cómo cambia un espacio en blanco, al cambiar los complementos…

Un acierto la mesa, los cuadros y los cojines en neutros más oscuros. Y el puf súper grande.

Me encantan los muebles multifunción, de esta casa me quedo sin duda con el baúl de la entrada y esta mesa de centro del salón, un poquito más grande de lo que debería ser… pero con la altura perfecta para que las pequeñas puedan pintar.

Me encantaría haber visto la casa en su estado original.

Sería seguramente bastante oscura, con nichos extraños en los muros de carga… que Mayra aprovecha con maestría. Y usando en ellos el mismo tipo de baldas de madera.

Ella misma reconoce su obsesión por los cestos, pero yo se la perdono encantada… ¿se te ocurre una adicción más saludable?

En el comedor también ha ido probando distintas cosas. Y para mi también gana con complementos más oscuros.

En este caso la mesa de comedor y las sillas.

La lección que deberías sacar de esto es que el espacio perfecto…

  • Se planifica desde el principio
  • Se va ajustando durante toda una vida

Es muy interesante ver cómo ha ido evolucionando esta casa con el tiempo, y cómo la va adaptando su dueña a las distintas estaciones, y conforme va encontrando hallazgos y tesoros de segunda mano.

Esas sillas y esa vajilla todos las hemos visto en casa de nuestras abuelas. Quién me iba a decir que quedarían tan bien en un comedor.

Y atención a la lámpara colgante, de segunda mano. Junto con el pequeño cuadro y las ramas XL son los tres elementos imprescindibles que animan y llenan de encanto este rincón.

En la cocina otra gran lección. A la hora de decorar con neutros de forma extensiva, introduce no sólo texturas, también estampados o patrones. En este caso los azulejos de la cocina, con su junta en gris (importante), rompen la monotonía del total look blanco de los armarios.

Quizá aquí le iría bien una alfombra y una lámpara grande en tonos neutros pero más oscuros… todo se andará. Yo espero ansiosa a ver cómo evoluciona con el tiempo.

Lo que más más me gusta es el aire despreocupado que consigue la casa, es el epítome del «chic sin esfuerzo aparente» que sólo una francesa puede conseguir.

Y los volantes, encajes y estampados florales tan provenzales están… pero en su justa medida.

Te recomiendo que visites su Instagram, no tiene desperdicio.

Cada foto de su casa es una viñeta perfectamente compuesta. Poca gente es capaz de combinar un grupo de objetos «random» y que queden así de bien… ¡aunque sean simples marcos viejos y vacíos!

Cada uno de ellos cuenta una historia… ¿no te parece?

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